Swarovski: La nueva tendencia en el mundo de los cristales
En una pequeña fábrica de vidrio de República Checa, Daniel Swartz inició su formación en el arte de la talla de cristal. Y fue así como el pequeño aprendiz de una familia de artesanos se convirtió en el creador de una de las marcas de cristales más importantes del mundo.
Con la intención de crear “un diamante único para cada persona”, Swarovski fundó en 1895 una fábrica de cristales en los Alpes austríacos. Desde entonces, la empresa se ha dedicado a fabricar joyas y cristales destinados a la decoración de prendas de vestir, interiores o incluso objetos.
La importancia que estos cristales han ganado en el mundo de las celebridades está al nivel de la mismísima Marilyn Monroe y los ángeles de Victoria’s Secret, Madonna y Michael Jackson. Por si fuera poco, las creaciones personalizadas de Swarovski pueden tener precios que varían entre los 120.000 y los 9.000 euros.
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Pero ¿cuál es el verdadero encanto de los cristales de Swarovsky?
Los cristales de Swarovski no son diamantes y mucho menos un tipo de roca. La verdad es que estos pequeños cristales son un tipo de vidrio fabricado a partir de una mezcla de minerales, cuarzo y arena. Aunque la fórmula exacta sigue siendo un misterio, se sabe que esta categoría de vidrio se obtiene con óxido de silicio y plomo sometidos a altas temperaturas.
El mayor atractivo de los cristales de Swarovski es su luminosidad y la gran variedad de colores que pueden reflejar. La minuciosa técnica de tallado del vidrio permite desarrollar una estructura de distintas capas superpuestas que es la responsable de crear este efecto. Al poseer diferentes niveles de relieve y orientación, la manera en la que los cristales reflejan la luz crea un efecto visual impresionante.
Swarovski tiene su propio mundo de cristal
Cualquier mujer soñaría con vivir en un mundo de cristal… Pero pocos saben que desde 1995 existe El Mundo de Cristal Swarovski (Swarovski Kristallwelten) ubicado a pocos minutos de la ciudad de Innsbruck, Austria.
El lugar, único en su género, es una exposición exquisita de los maravillosos cristales de Swarovski que cubre una superficie de 7,5 hectáreas. El parque está “protegido” por el famoso Gigante, una estatua cubierta de césped que deja fluir agua desde su boca y que, por supuesto, tiene ojos de cristal.
Además de los jardines que crean un ambiente de fantasía, una de las atracciones principales del parque es la Nube de Cristal. Se trata nada más y nada menos de 800.000 cristales de Swarovski suspendidos en el aire cuyos reflejos juegan con el agua cristalina del lago ubicado bajo la nube. Sin lugar a dudas, la marca no solamente sabe crear joyas y accesorios impresionantes, sino que su creatividad se extiende al diseño de instalaciones extravagantes e innovativas.
Por supuesto, al final del recorrido es posible visitar la Swarovski Kristallwelten Store, donde los turistas tienen a su disposición una colección completa de todo tipo de productos hechos con los cristales de Swarovski. Un mundo lleno de joyas, bisutería, accesorios, vestidos, objetos decorativos… ¡Y mucho, pero mucho brillo!
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