La sonda Chang’e 5 aterriza en China con las muestras que recogió en la Luna

Sonda Lunar Change 5

La cápsula espacial que contiene las muestras tomadas de la luna por la misión china Chang’e-5 aterrizó sin problemas en Mongolia el miércoles 16 de diciembre, poco más de tres semanas después de abandonar la Tierra. Las operaciones de recuperación prometían complicarse por la llegada nocturna de la cápsula, el frío polar que reina actualmente en esta región y el gran tamaño de la zona donde podría caer la máquina. 

Sin embargo, según imágenes difundidas por la televisión china, el equipo de recuperación, que había movilizado varios helicópteros, llegó rápidamente al lugar. Todavía no se sabe qué masa de suelo lunar se informó durante esta misión (los chinos esperaban una carga de 2 kilogramos).

China se convierte, gracias a Chang’e-5, en la tercera nación en lograr un retorno de muestras lunares, después de Estados Unidos, durante el programa Apolo, y la Unión Soviética, con su Misiones robóticas Luna. Para lograr esto, los ingenieros chinos asumieron varios desafíos técnicos, comenzando con el relanzamiento de la Luna. También lograron el primer encuentro automático de la órbita lunar en la historia, entre la etapa de ascenso y la nave que espera de regreso a la Tierra en el espacio.

Gran interés científico

Más allá de la hazaña técnica, que es el objetivo número uno de la Agencia Espacial China, la misión tiene un interés científico real. El módulo de aterrizaje Chang’e-5 aterrizó en un área del Océano de las Tormentas, una enorme llanura basáltica, cuyo suelo nunca antes se había muestreado. Con 1.200 millones de años, es mucho más joven que las regiones exploradas por las seis misiones Apolo entre 1969 y 1972, que tenían un promedio de 3.600 millones de años.

La composición química de estas muestras también podría ser bastante diferente a la de las muestras de Apolo. Jessica Flahaut, del Centro de Investigación Petrográfica y Geoquímica (CRPG) en Nancy, declaró recientemente: “Las misiones Apolo devolvieron rocas que eran muy ricas o muy pobres en titanio. Con Chang’e-5, tendremos cosas intermedias. De hecho, con Apolo, al favorecer los mares viejos, no tomamos muestras de la Luna de forma representativa. Incluso aterrizamos en regiones que son químicamente anomalías. Por tanto, se estimó que se habían muestreado menos del 4% del terreno lunar. “

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