Los motivos que te llevarán a desear reparar tu actual iPhone en lugar de adquirir uno nuevo
Los smartphones se han convertido en un apéndice más de nuestro organismo, casi en una extensión más de nuestro brazo. A estos dispositivos móviles los tratamos con total mimo, los protegemos con cristales templados, con fundas, con seguros a base de caídas… todo es poco para conseguir que no sufran desperfectos.
Sin embargo, a todos nos ha pasado alguna vez que se nos caiga el móvil, en ese momento rezamos hasta los no creyentes para evitar que no tenga ninguna fractura o algún golpe en la pantalla. En el peor de los casos, el teléfono se rompe y hay que tomar una decisión: intentar arreglarlo o comprar uno nuevo.
El motivo por el que el teléfono deja momentáneamente de funcionar puede ser por varios motivos, que se rompa por algún golpe o caída o que por el desgaste y la temida obsolescencia programada ya no tenga un funcionamiento tan bueno como antaño.
En este último caso, una recomendación interesante es devolver el teléfono a los valores de fábrica, restablecer el terminal, aunque previamente hay que realizar una copia de seguridad y almacenar todos los archivos y documentos en una memoria externa. De este modo se pueden solucionar problemas como que no reconozca las redes wifi o eliminar archivos malware que ralentizan el teléfono.
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Reparar tu iPhone, positivo para el medio ambiente y para tu economía
Los investigaores Lotfi Belkhir y Ahmed Elmeligi, de la Universidad McCaster, en Canadá, realizaron un estudio publicado en la Journal of Cleaner Production, donde determinaron que comprar un smartphone nuevo consume tanta energía como usar tu teléfono existente durante una década.
Para el estudio se analizó el impacto del carbono de toda la industria de las Tecnologías de la Información y la Comunicación desde 2010 a 2020, incluyendo el producido por los ordenadores, monitores, smarthopnes y servidores web.
Si le preguntas a cualquier usuario cada cuánto cree que se debe cambiar de móvil, posiblemente su respuesta sea que cada dos años. Los ciclos de dos años de vida parecen una eternidad, pues los fabricantes lanzan nuevas novedades prácticamente cada año. Este corto ciclo de vida, unido a la obsolescencia programada genera una necesidad de fabricar más y más dispositivos conforme pasa el tiempo.
Los usuarios son cada vez más conscientes de la grave crisis ambienta que supone el consumo excesivo de dispositivos móviles, por la extracción de materiales que se usan en sus componentes internos, principalmente el coltán.
Por esta razón, aunque todavía son pocos los propietarios de smartphones que se animan a reparar iPhone, este porcentaje va en aumento. En IfixRapid ofrecen todo tipo de garantías para la reparación del iPhone, incluyendo todos los modelos, incluso los más descatalogados.
La extracción de materiales para los componentes internos supone entre un 85 y un 95% de las emisiones totales de CO2 del dispositivo durante sus dos años de vida, el tiempo que los usuarios calculan que debe pasar para cambiar de terminal.
Si a esto añadimos que las mejoras en las prestaciones no son significativamente más avanzadas que el uso que le puede dar cualquier usuario medio a un smartphone como un iPhone, muchos creen que es mejor intentar reparar el teléfono mejor que comprarlo.
Un nuevo iPhone puede costar cientos de euros mientras que la reparación de un teléfono, dependiendo de los daños, puede ser inferior a los 100 euros.
¿Y la opción de financiar el teléfono?
En caso de que la reparación no sea posible o sea muy cara, o que el teléfono ya quede prácticamente obsoleto, no quedará otra que comprar un nuevo teléfono. Ante esas situaciones, una opción es acudir al mercado de los teléfonos reacondicionados.
Los teléfonos reacondicionados son terminales que han sido devueltos después de haber sido comprados nuevos y que han sido revisados y reparados en caso necesario para garantizar que el producto funciona como debería en un inicio.
No son teléfonos nuevos, pero la marca o la tienda garantiza que el producto funciona como nuevo, e incluyen generalmente un periodo de garantía que ronda el año.
Si aun así no te convence esta opción, la alternativa que queda es comprar un nuevo teléfono. Las compañías telefónicas ofrecen adquirir el teléfono e ir pagándolo cuota a cuota, con la tarifa móvil, a cambio de un contrato de permanencia.
En caso de que no quieras mantener una permanencia con ninguna operadora, la solución pasa por financiar un móvil. Si haces clic aquí puedes comprobar cómo financiar un smartphone de manera cómoda y con facilidades.
En un mundo tan globalizado como el actual, estar sin teléfono móvil es dar un paso atrás. No se trata de desarrollar una adicción y hacer un uso excesivo del terminal, sino aprovechar todas las posibilidades que ofrece usar un smartphone, que es como llevar un pequeño ordenador de acceso cómodo en nuestra mano.
Muy interesante el articulo.